Aunque ya habrá algunas personas que se hayan ido de vacaciones, aún quedan muchas otras que aún no han comenzado este periodo.
Después de meses de trabajo, llega ese periodo tan ansiado por muchos/as, un periodo de descanso, de desconexión, que a veces nos resulta demasiado breve. Es un momento para recuperarnos de los efectos del estrés que sufrimos a diario, para “recargar las pilas” y olvidar algunas de nuestras preocupaciones.
Cuando pensamos en nuestras vacaciones, en general, tenemos altas expectativas, ya que rompemos con nuestros horarios y responsabilidades. Al cambiar nuestro ritmo de vida diario, conseguimos relajarnos, centrarnos en hacer cosas que nos gustan y que no siempre tenemos tiempo para hacer, incluso prestamos más atención a nuestro cuidado personal. Conseguimos “dejarnos llevar” por lo que realmente nos apetece, experimentando sensaciones positivas.