Hoy en día, la mayor parte de las conversaciones se producen en un entorno digital. Los dispositivos tecnológicos nos permiten una nueva forma de interacción y comunicación. Esto, requiere que las habilidades que manejamos cuando estamos en contacto directo, también se produzcan en el contacto virtual, entre ellas la empatía.
Esto mismo lo podemos encontrar cuando entramos en alguna red social, donde nos sugieren páginas o personas relacionadas con nosotros, porque se nutren de nuestra forma de reaccionar en la red ante los contenidos. Por tanto, si las redes sociales pueden “empatizar” con nosotros, ¿por qué no vamos a poder generar empatía con otras personas, aunque no las conozcamos?