El Síndrome del Sabio o del Savant recoge síntomas cognitivos especiales que muy pocas personas experimentan. Se estima que lo padece 1 de cada 2000 personas con déficits cognitivos, siendo más frecuente en hombres que en mujeres (6:1). El psiquiatra Darold Treffert ha dedicado sus años de investigación a los Trastornos del Espectro Autista (TEA) y al Síndrome del Savant, definiendo este último como un estado patológico según el cual algunas personas con trastornos mentales y pese a poseer discapacidades físicas, mentales o motrices, poseen una extraordinaria habilidad o habilidades mentales específicas. Es decir, una persona con una alteración mental puede mostrar una capacidad o habilidad muy superior a lo que se consideraría normal.
Aunque Darold Treffert es el principal investigador en este área, este síndrome fue descrito por primera vez en 1789 por Benjamín Rush, quien describió el caso de Thomas Fuller, un paciente que podía calcular la edad de las personas en segundos. Fue J. Langdon Down quien detalló específicamente este síndrome en 1887 utilizando el término ‘idiot savants’ para los casos que documentó de personas con facultades especiales. Este término ya no se utiliza debido a que resulta ofensivo.