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¿Cómo nos afecta la pornografía?

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Cómo nos afecta la pornografía
FreeImages.com/jenny w.

Hoy en día estamos rodeados de contenido sexual, ya sea en televisión, radio, prensa, etc. Sin embargo, este contenido sexual suele estar implícito y quedarse en una “sugerencia”.

Sin embargo, si queremos un contenido sexual más explícito, recurrimos directamente a la pornografía, a la cual cada vez es más fácil de acceder gracias a Internet. De hecho, no es preciso buscar siquiera nada relacionado con el porno, simplemente meterte en una página web sin tener activado un bloqueador de publicidad, y empiezan a salir un montón de ventanas con contenido sexual. Pero, aunque esté Internet y sea fácil acceder a páginas web de pornografía, siguen existiendo y comprándose en la actualidad revistas eróticas, libros, películas…

La llave

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Llaves
FreeImages.com/Marius B. Eide

Hoy os traigo un nuevo cuento para pensar, un cuento de Nasrudín:

«Una noche, tarde, Nasrudín se encuentra dando vueltas alrededor de una farola, mirando al suelo. En ese momento, pasa por allí un vecino y le pregunta:

  • ‘¿Qué buscas, Nasrudín? ¿Has perdido algo?’
  • Él le contesta: ‘Sí, he perdido la llave de mi casa’.

¿Es realmente ciego el amor?

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¿Es realmente ciego el amor?
¿Qué es enamorarse?

El enamoramiento consiste en un estado emocional intenso que se genera cuando te sientes atraído/a por otra persona. Este estado se produce por cambios químicos que segregan dopamina, lo que nos lleva a sentir euforia y plenitud.

La persona de la que nos hemos enamorado pasa a ocupar gran parte de nuestro pensamiento, ya que tenerla presente en nuestra mente nos genera felicidad. Sin embargo, estar pensando en esta persona tiene como consecuencia dejar de prestar atención a otros eventos de nuestro alrededor. Eso sí, si se trata de una tarea para satisfacer a la otra persona o con la cual pensamos que aún la atraeremos más, le dedicaremos un gran esfuerzo, llegándose a convertir en un objetivo prioritario.

¿Obesidad digital?

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¿Obesidad digital?

Tras el revuelo que se ha formado tras el lanzamiento del videojuego Pokémon Go, se hace aún más visible la necesidad que, cada vez más, van teniendo las personas de estar conectadas a la red. Esta “necesidad” se ve incrementada por videojuegos como el anteriormente mencionado, entre otros, y por toda la tecnología que nos rodea. Cada vez tenemos más dispositivos inteligentes, desde televisiones hasta pulseras que nos hacen estar conectados constantemente.

Un uso excesivo de esta tecnología no significa que tengamos un problema, el problema es que dicho uso se convierta en un hábito que pueda llegar a interferir en nuestra vida personal. Esto se puede observar en personas que tienen la compulsión de comprobar su aplicación de mensajería con mucha frecuencia, entrar en Facebook cada poco tiempo, aunque en ese momento esté con amigos, en el trabajo, etc.

¿Qué es el Síndrome de Diógenes Digital?

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¿Qué es el Síndrome de Diógenes Digital?

Hoy en día vivimos inmersos en una sociedad cada vez más tecnológica, más digital. Esto conlleva a que se modifique nuestra manera de comportarnos, y a que haya que adaptar algunos síndromes que no pensábamos que podían existir, como es el caso del ‘Diógenes Digital’.

El Diógenes Digital deriva del Síndrome de Diógenes, el cual es un trastorno que afecta principalmente a personas mayores que viven solas, y que consiste en la acumulación compulsiva de todo tipo de objetos y desperdicios en el hogar. Esto a su vez, afecta al comportamiento social de la persona, favoreciendo el aislamiento, y su descuido en la higiene personal.

Vacaciones, benditas vacaciones

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Vacaciones, benditas vacaciones

Aunque ya habrá algunas personas que se hayan ido de vacaciones, aún quedan muchas otras que aún no han comenzado este periodo.

Después de meses de trabajo, llega ese periodo tan ansiado por muchos/as, un periodo de descanso, de desconexión, que a veces nos resulta demasiado breve. Es un momento para recuperarnos de los efectos del estrés que sufrimos a diario, para “recargar las pilas” y olvidar algunas de nuestras preocupaciones.

Cuando pensamos en nuestras vacaciones, en general, tenemos altas expectativas, ya que rompemos con nuestros horarios y responsabilidades. Al cambiar nuestro ritmo de vida diario, conseguimos relajarnos, centrarnos en hacer cosas que nos gustan y que no siempre tenemos tiempo para hacer, incluso prestamos más atención a nuestro cuidado personal. Conseguimos “dejarnos llevar” por lo que realmente nos apetece, experimentando sensaciones positivas.