Ya hay bastantes territorios que se encuentran en la fase 3 de la desescalada debido a la pandemia por el COVID-19. Sin embargo, ha sido una situación tan estresante y traumática para muchas personas que ha derivado en que algunas de ellas tengan miedo a salir a la calle o recuperar su vida “normal”.
El confinamiento ha provocado la obligación de permanecer en casa durante un largo período de tiempo para evitar el contagio de coronavirus, limitándose las salidas en un primer momento a ir a la compra y suplir necesidades básicas. Poco a poco se fueron liberando las restricciones, ampliándose las actividades para las que se podía salir, los horarios, etc.
A pesar de ello, hay personas que aún no han salido a la calle, o que salen el mínimo tiempo imprescindible para hacer las tareas que se requieren fuera del hogar, y viven esta experiencia de “salida al exterior” con ansiedad.
Aunque aún no hemos recuperado la “normalidad”, y ésta es probable que no sea como la recordamos, siendo más bien una “nueva normalidad”, tenemos que ir adaptándonos poco a poco a esta nueva situación e intentar continuar con nuestras vidas lo más parecido a como lo hacíamos antes, eso sí, evitando riesgos de contagios.
¿Cómo podemos volver a salir a la calle sin que el miedo nos supere?
- Lo fundamental es la protección. Debemos salir de casa llevando mascarilla y con una correcta higiene de manos (se pueden llevar geles hidroalcohólicos para ello). También es importante mantener la distancia de seguridad con otras personas.
- En un primer acercamiento es importante que la vuelta a la calle sea de forma gradual, es decir, empezar dando pequeños paseos cerca de nuestro domicilio y conforme vayamos adquiriendo más seguridad, continuar ampliando estos paseos y alejarnos cada vez un poco más.
- Podemos salir acompañados/as si así nos da una mayor sensación de seguridad o utilizar el paseo para quedar con algún familiar/allegado. Esto siempre manteniendo las medidas de seguridad, como se indicó al inicio del artículo.
- Se puede salir para hacer ejercicio físico. De esta forma, al centrarnos en la actividad que estamos realizando, evitamos centrarnos en la ansiedad que nos pueda ocasionar salir a la calle tras el confinamiento. Además, el ejercicio físico es una buena herramienta para hacer frente a la ansiedad.
- Expresar cómo nos sentimos. Aunque parezca que es algo que solo nos pasa a nosotros/as, es un miedo que han podido experimentar otras personas de nuestro entorno aunque en distinto grado, ya que ha sido una situación que no habíamos experimentado con anterioridad.
Por supuesto, si consideramos que no podemos retomar nuestra vida, este miedo no remite y nos genera malestar o lo genera en nuestro entorno, es importante recurrir a la ayuda profesional.