La vida de una persona cuidadora cambia radicalmente a consecuencia de la demanda requerida. Esta demanda/responsabilidad produce un gran cambio en su forma y calidad de vida. El Burnout es un síndrome producido por el estrés crónico continuado que se da en el día a día al enfrentarse a la enfermedad de la persona cuidada y que implica tareas monótonas y repetitivas, produciendo en el/la cuidador/a una sensación de falta de control, y pudiendo agotar las reservas psicofísicas de la persona. Es más habitual en los cuidadores informales, es decir, en los/as familiares cuidadores/as, ya que, entre otros factores influyentes, cuentan con menos formación sobre cómo realizar los cuidados, sobre la enfermedad, etc.
El mutismo selectivo
El mutismo selectivo es un trastorno que consiste en seleccionar las situaciones o circunstancias en las que se habla. La persona suele hablar cuando se siente segura, pudiendo evitar en otras situaciones reír, llorar o emitir cualquier sonido tipo de sonido. Afecta principalmente a la etapa infantil, aunque si no se trata este trastorno puede permanecer hasta la etapa adulta, con las consecuencias que conlleva.
Cuando la inhibición del lenguaje persiste en determinadas situaciones específicas, progresivamente puede irse generalizando hasta derivar en el mutismo total, es decir, evitar hablar en cualquier situación social.
El cruce del río
Hoy os traigo un nuevo cuento para pensar. A ver a qué reflexiones llegáis tras su lectura:
«Había una vez dos monjes Zen que caminaban por el bosque de regreso al monasterio. Cuando llegaron al río, una mujer lloraba en cuclillas cerca de la orilla. Era joven y atractiva.
- ¿Qué te sucede? — le preguntó el más anciano.
- Mi madre se muere. Ella está sola en su casa, del otro lado del río y yo no puedo cruzar. Lo intenté —siguió la joven— pero la corriente me arrastra y no podré llegar nunca al otro lado sin ayuda… pensé que no la volvería a ver con vida. Pero ahora… ahora que aparecisteis vosotros, alguno de los dos podrá ayudarme a cruzar…
- Ojalá pudiéramos —se lamentó el más joven—. Pero la única manera de ayudarte, sería cargarte a través del río y nuestros votos de castidad nos impiden todo contacto con el sexo opuesto. Eso está prohibido… lo siento.
- Yo también lo siento —dijo la mujer y siguió llorando.
¿Adicción al móvil?
Cada vez es más habitual ver a personas “enganchadas” al móvil. Van andando por la calle más pendientes del móvil que del paso que van dando, están con otras personas y no dejan de mirar la pantalla de su móvil en vez de interactuar con dichas personas, etc.
Aunque esto es relativamente común hoy en día, no significa que constituya un problema para la persona. ¿Cuándo sí que supone un problema? Cuando la persona sufre problemas físicos y psicológicos como ansiedad, palpitaciones y/o sudores cuando se olvida el móvil en casa, se queda sin saldo, sin cobertura o sin batería.
El hachero
Hoy os traigo un nuevo cuento para pensar que he leído en el libro «Déjame que te cuente» de Jorge Bucay, y creo que es muy bueno para que reflexionemos sobre lo que hacemos con nuestra propia vida.
«Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el hachero se decidió a hacer buen papel. El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona. El hombre entusiasmado salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.
La masturbación compulsiva
Masturbarse es una conducta que forma parte de la sexualidad tanto femenina como masculina.
La masturbación, además de para darnos placer, también sirve para conocer y aprender sobre nuestros cuerpos, lo que nos gusta y lo que nos excita y lo que no. El problema viene cuando esta práctica se realiza de una manera continua, pudiendo darse varias veces en el mismo día (con algunas horas de por medio) o entre escasos días. Supone pensamientos recurrentes (obsesivos) que se afrontan mediante la masturbación compulsiva.