La disfunción sexual se refiere a la dificultad durante cualquier etapa del acto sexual (deseo, excitación, orgasmo y resolución) que impide a la persona tener una actividad sexual satisfactoria.
Las disfunciones sexuales pueden manifestarse al inicio de su vida sexual o más adelante.
¿Cómo se diagnostica una disfunción sexual?
Para diagnosticar una disfunción sexual hay que tener en cuenta la edad y la experiencia del individuo, la frecuencia y cronicidad del síntoma, el malestar que le genera y el efecto sobre otras áreas de su actividad (laboral, familiar, social, etc.). También hay que valorar el bagaje étnico, cultural, religioso y social de la persona, ya que puede influir en su deseo sexual, sus expectativas y su actitud ante las relaciones sexuales y el proceso de salud-enfermedad.
Concomitancia
Los trastornos sexuales no suelen aparecer de forma aislada. Con frecuencia, quienes presentan algún tipo de disfunción sexual, especialmente disminución del deseo sexual y trastornos de la excitación, relacionan su problema con agotamiento físico, aspecto físico, estrés, condiciones sociales o laborales difíciles, problemas de pareja, abuso de alcohol y/o efectos secundarios de medicamentos.
La calidad de vida de la persona se puede ver reflejada en su sexualidad.
Posibles explicaciones a las disfunciones sexuales
- Secundarias a problemas orgánicos: disminución o inhibición del deseo por alteraciones hormonales; dispareunia por prostatitis; himen perforado; disfunción eréctil por diabetes; esclerosis, malformaciones genitales o estéticas; lesiones medulares, enfermedades de transmisión sexual, etc.
- Secundarias a problemas psicopatológicos: depresión, ansiedad, esquizofrenia, estrés, adicciones…
- Secundarias a tratamientos: farmacológico, médico (diálisis, radioterapia…), quirúrgico (mastectomía, prostatectomía, etc.).
- Educación sexual: expectativas poco realistas o falta de información sexual (mitos), poca información sobre efectos secundarios de enfermedades o tratamientos de anticoncepción; embarazo; déficit de información sobre fisiología o anatomía, etc.
- Circunstancias personales: convivencia con los padres; dudas sobre su orientación sexual; pubertad precoz/retardada; dificultades en el inicio de relaciones sexuales; problemas de identidad sexual; conflictos de pareja…
- Características personales: Baja autoestima, malos pensamientos hacia sí mismo/a…
Tipos de disfunciones sexuales según el DSM V
- Eyaculación retardada.
- Trastorno eréctil.
- Eyaculación prematura (precoz).
- Trastorno orgásmico femenino.
- Trastorno del interés/excitación sexual femenino.
- Trastorno de dolor genito-pélvico/penetración.
- Trastorno de deseo sexual hipoactivo en el varón.
- Disfunción sexual inducida por sustancias/medicamentos.
- Otra disfunción sexual especificada.
¿Cómo podemos intervenir?
- Lo primero sería descartar patologías de tipo cardiovascular, enfermedades médicas y trastornos mentales que pudieran explicar la disfunción sexual, ya que hay distintas enfermedades que podrían provocar trastornos sexuales.
- Una de las ideas principales que tenemos que hacer prevalecer es que la satisfacción sexual no solo se refiere a la satisfacción genital, sino que también incluye afecto, sentir seguridad con tu pareja y confianza.
- Acudir a un/a profesional ya sea de forma individual como en pareja.
- Profundizar en educación sexual.
- Evitar hábitos tóxicos, como el consumo de alcohol, el tabaco y otras drogas, ya que pueden afectarnos en el plano sexual.
En definitiva, si detectamos alguna disfunción en nuestra área sexual, lo importante es comprobar si es algo puntual o se mantiene, y, de ser así, acudir a un/a profesional que descarte un posible problema orgánico. Si finalmente el problema orgánico es descartado, podríamos ponernos en manos de un/a terapeuta para analizar el trasfondo de este problema y cursar un tratamiento.
Referencias:
APA (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5™.
Disfunción sexual. Recuperado el 10 de enero de 2019 de: https://es.wikipedia.org/wiki/Disfunci%C3%B3n_sexual
Guía de Buena Práctica Clínica en Disfunciones sexuales, IM&C