Cuando pensamos en las necesidades de los/as ancianos/as, lo primero que se nos viene a la cabeza suele ser ayudarle a vestirse, comer, tomar los medicamentos, etc.
Aunque estas son necesidades que pueden tener algunos/as, y en menor o mayor medida, en este artículo me quiero centrar en otro tipo de necesidades que no suelen tenerse tan en cuenta. Se ha comentado en distintos artículos la importancia que tienen las relaciones sociales para las personas mayores.
¿Cómo podemos contribuir para fomentar estas relaciones?
- Habría que conocer la forma de comunicarse del/la anciano/a para no interrumpirle cuando intente expresarse e incluso incentivar que lo haga.
- Resaltar temas de su interés para que se abra a la comunicación.
- Animarle a que exprese sus opiniones, ideas y deseos, y respetarlos.
- Realizar con él ejercicios para el mantenimiento de sus sentidos, fundamental para una buena comunicación.
- Participar juntos en actividades lúdicas como excursiones, juegos de mesa, etc. (aquí podrían incluirse juegos que trabajen el punto anterior).
- Ayudarle a mantener una higiene y aseo personal adecuados para que no contribuya esto al aislamiento social.
- Animarle a que forme parte de algún grupo social, asociación o religión, para que se reúnan con más personas con gustos comunes.
Además de la comunicación, también es importante para ellos/as, como para cualquier otra persona, sentirse autorrealizado, por lo que se pueden fomentar actividades de las que se enorgullezcan o les hagan sentirse bien como la jardinería, las manualidades…
Por último, me gustaría destacar la necesidad de aprender. Aunque se puede pensar (de hecho es bastante generalizable este pensamiento) que una persona mayor no puede aprender, esto es totalmente falso. De hecho, hay casos de personas octogenarias que se conectan a las redes sociales, algo que, de no ser capaces de aprender una vez incluidas dentro de la llamada “tercera edad”, sería imposible. Además de que aprender también les ayuda a sentirse bien consigo mismo al verse capaz de hacer algo que antes no sabían, les mantiene más activos, interesados y motivados. Por ello, hay que promoverles la curiosidad por querer saber, y demostrarles de lo que son capaces de conseguir a pesar de la edad.
