María Villegas. Psicóloga

El fetichismo travestista

Sujetador y un tacón

El fetichismo travestista es un tipo de fetichismo sexual en el que la persona obtiene satisfacción sexual por el contacto y/o revestimiento con prendas pertenecientes al sexo opuesto, especialmente con la ropa interior. En este caso, la ropa del sexo opuesto sería el objeto fetiche.

Pero, ¿qué es el fetichismo? El fetichismo se puede definir como una excitación sexual intensa y recurrente provocada por el uso de objetos inanimados o un gran interés específico por parte(s) del cuerpo no genitales, que se manifiesta por fantasías, deseos o comportamientos concretos.

El travestismo hace referencia al acto de vestirse con ropas pertenecientes al sexo opuesto. Sin embargo, una persona puede travestirse en distinto grado, no tiene por qué usar absolutamente todas las ropas del sexo opuesto, puede travestirse únicamente con la ropa interior. Asimismo, no tiene por qué realizar esta conducta siempre, sino que puede elegir travestirse de forma ocasional o bien en su día a día. Esto es algo personal de cada individuo.

Por tanto, en el fetichismo travestista la persona se viste con la ropa de una persona del sexo opuesto porque ello le excita sexualmente, y, como consecuencia de ello, es frecuente que se masturbe en el momento en el que está travestida o pretenda tener un encuentro sexual.

El comportamiento del fetichismo travestista

Como se ha mencionado anteriormente, hay personas que únicamente usan ropa interior o lencería bajo sus ropas, mientras que otras pueden usar maquillaje y/o vestirse completamente del sexo opuesto.

El fetichismo travestista se da, en su mayoría, en hombres heterosexuales. Estos hombres no tienen dudas acerca de su sexualidad o su identidad sexual, sino que se visten de mujer para obtener una gran satisfacción sexual. En ocasiones pueden mantener relaciones homosexuales. En general, las personas que experimentan este fetichismo no desean cambiar de sexo, como en el caso de las transexuales, ni sienten internamente que deben pertenecer al sexo opuesto, como en el caso de la disforia de género. Es decir, el fetichismo travestista no significa necesariamente homosexualidad, bisexualidad, transgénero o transexualidad.

El hombre puede tener una colección de ropa femenina que utiliza para masturbarse. En algunos casos la persona puede experimentar fantasías sexuales sintiéndose a la vez el sujeto masculino y femenino de su fantasía sexual. La prenda puede constituir un objeto erótico en sí mismo y utilizarse también en sus relaciones sexuales heterosexuales.

¿Puede haber algo más?

En algunos casos, la persona fetichista presenta conductas sexuales sadomasoquistas, es decir, que esta parafilia puede acompañarse de otras, aunque ninguna de ellas esté asociadas a conductas homosexuales ya que, como se mencionaba anteriormente, es un fetichismo que se da en su mayoría en sujetos heterosexuales.

A veces, hay personas que pueden recurrir al consumo de sustancias para intentar paliar los malos sentimientos que pueda generarle esta conducta.

Sin embargo, hay personas para las que el fetichismo travestista es una forma de paliar la ansiedad o sentimientos de tristeza, otorgándoles una sensación de control y de tranquilidad.

¿Es el fetichismo travestista un problema?

El travestismo solo se considera un trastorno si causa malestar, interfiere con las áreas sociales, educativas y/o laborales de la persona o implica un comportamiento que pueda causar lesiones a sí misma o a otras, o incumple la ley. La mayoría de los personas que experimentan el fetichismo travestista NO sufren trastorno travestista.
Cuando sí es un problema y, por tanto, un trastorno, son muy pocas las personas que se deciden a buscar ayuda, especialmente porque les supone vergüenza reconocerlo. Normalmente cuando recurren a un/a profesional es porque se está deteriorando su relación de pareja o por miedo a que le descubran en el trabajo o su entorno social.

¿Es compatible este fetichismo con tener pareja?

En muchas ocasiones los hombres mantienen este fetiche en secreto a sus parejas, pudiendo tener todo su material escondido para que éstas no lo encuentren.
Cuando la pareja es consciente del fetiche pueden pasar dos cosas:

  1. Que la pareja no quiera participar en estas prácticas durante sus relaciones sexuales. Esto puede conllevar que la persona fetichista se sienta ansiosa, deprimida, culpable o avergonzada, y que reprima sus deseos sexuales y fuente de excitación deshaciéndose de la ropa del sexo opuesto o maquillaje que tenga. Asimismo, esta situación puede deteriorar la relación sentimental y sexual si no se aborda adecuadamente.
  2. Que la pareja esté dispuesta a cambiar sus prácticas sexuales y adaptarse a esta nueva situación incluyendo que su pareja se travista a la hora de mantener relaciones sexuales, de forma que ni la relación sexual ni la sentimental como pareja se vean afectadas.

Para concluir, recordar que lo fundamental es que si la persona o la pareja están pasando por una situación que les genera malestar se decidan a pedir ayuda.

Referencias:

APA (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5™.

Brown, G. R. Travestismo (Trastorno travestista). Manual MSD.

Fetichismo travestista. Recuperado el 18 de febrero de 2019 de: https://es.wikipedia.org/wiki/Fetichismo_travestista

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