María Villegas. Psicóloga

Ventajas de la ciberterapia

Ciberterapia

Para empezar, lo lógico sería responder a la siguiente pregunta: ¿Qué es la ciberterapia?

La ciberterapia podría definirse como la aplicación de una psicoterapia en la cual la interacción paciente-terapeuta se realiza a través de herramientas tecnológicas que permiten la comunicación y la información.

Las tecnologías facilitan el contacto entre las personas gracias a los teléfonos, tablets y ordenadores, ya que poseen aplicaciones que nos permite comunicarnos sin importar la distancia ni el momento.

El uso de la tecnología en psicología podría beneficiar a personas con algún tipo de discapacidad, personas mayores, quienes residan en el ámbito rural, personas con limitaciones de tiempo y/o desplazamiento, personas que continúan con el estigma de la atención psicológica e incluso personas que se sienten más tranquilas y seguras mediante la tele-atención en lugar de la terapia tradicional.

La incorporación de las tecnologías en psicología permite mejorar el acceso a los servicios sin tener en cuenta la distancia y el tiempo, pudiendo así llegar a un número mayor de personas. Además, se facilita el acceso a especialistas específicos, permitiendo así poder elegir a la persona que más se adecúe al caso particular de cada uno/a.

La ciberterapia también facilita el anonimato, disminuyendo la estigmatización que se puede sentir, como mencionábamos anteriormente, y disminuye el coste para la persona. Asimismo, facilitan la disponibilidad continua, pudiendo acceder a un tratamiento en cualquier momento. Permiten disminuir el tiempo de espera para obtener una atención adecuada.

El uso de la tecnología en psicología le da una mayor sensación de control al usuario, ya que le permite buscar información y tomar la iniciativa, incluso elegir el medio del tratamiento, permitiendo que sea quien decida la intimidad de la relación terapéutica. Asimismo, puede favorecer la comodidad, ya que la persona es la que decide dónde va  a realizar el tratamiento y el horario que más le convenga.

El hecho de que sea el cliente quien decida la mayor parte de la actuación favorece la adherencia al tratamiento.

Este tipo de servicio puede aplicarse tanto para personas con algún tipo de patología, como para aquellas que necesitan contactar con una persona para desahogarse u obtener apoyo en su día a día, o para prevenir una posible patología posterior.

Por supuesto, la ciberterapia puede combinarse con la terapia presencial tradicional. Algunos casos en los que se podría dar esto:

  1. Para personas que prefieran empezar a trabajar “cara a cara” para generar un clima de confianza y después realizar ciberterapia por cuestiones de tiempo, económicas, etc.
  2. Cuando una persona está finalizando su terapia, y le cuesta romper el vínculo con su terapeuta para continuar construyendo su camino sin la ayuda de éste/a, es una buena forma para ir tomando distancia.
  3. Intercalar ambas modalidades y que ciertas actividades se realicen a través de la tecnología como realizar tests, lecturas, proporcionar información, ante alguna crisis o emergencia, etc.

Es importante destacar los estudios que se han realizado sobre este aspecto, ya que en distintas intervenciones evaluadas tanto en consulta como con ciberterapia, se han obtenido resultados equivalentes en ambos formatos tanto en aspectos clínicos, como en la satisfacción con la intervención.

Por último, es fundamental realizarlo con personas que realmente sean psicólogas y no con aquellas personas que se creen que pueden realizar este trabajo e intentan lucrarse pudiendo perjudicar seriamente a la persona que acude a ellas.

Referencias:

Luque, L. E. (2009). Ciberterapia y realidad virtual en terapia psicológica. Revista PsicologiaCientifica.com, 11(9).

Soto-Pérez, F., Franco-Martín, M., y Monardes, S. (2016). Ciberterapias: tratamientos mediados por ordenador y otras tecnologías. FOCAD.

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