María Villegas. Psicóloga

¿En qué consiste el Síndrome de las Piernas Inquietas?

piernas sofá

El síndrome de las piernas inquietas (SPI) es un trastorno neurológico que se caracteriza por sensaciones desagradables principalmente en las piernas. La persona siente un impulso incontrolable por moverse cuando está tumbado o sentado, por lo que tiene la necesidad de andar/moverse para aliviar estas sensaciones. Algunos pacientes han llegado a describir la experiencia como el padecimiento de convulsiones, sentimientos de dolor, pinchazos, quemazón, hormigueo, etc. que les impiden descansar.

Aunque no es una enfermedad que provoque la muerte como tal, disminuye bastante la calidad de vida de la persona que lo padece y de quienes la rodean. Es probable que este síndrome curse con ansiedad y/o depresión, especialmente si no se encuentra el apoyo adecuado.

Afecta tanto a hombres como a mujeres, y puede aparecer a lo largo de todo el ciclo vital, aunque la mayoría de los casos documentados oscilan entre la mediana edad y la vejez. La sintomatología se vuelve más severa con la edad, aumentando en frecuencia y duración, especialmente por las noches.

Debido a que la persona para notar alivio tiene que estar en movimiento, este síndrome puede derivar en un trastorno del sueño, ya que le es difícil descansar. Se estima que el 80% de las personas con este síndrome realizan movimientos periódicos de las extremidades durante el sueño. Este movimiento puede durar de 0,5 a 5 segundos, produciéndose con una frecuencia de 20 a 40 segundos. Es más probable que aparezca este tipo de movimientos durante la fase de sueño no REM ligera.

Es un trastorno infradiagnosticado debido a que muchos pacientes que lo padecen no acuden al médico o porque se achaca la sintomatología al nerviosismo, al insomnio, al estrés, a la artritis, a los calambres musculares o al envejecimiento.

¿Cuál es la causa?

Aunque se desconoce la causa exacta, se ha relacionado esta patología con un trastorno en el funcionamiento de la dopamina, la encargada de regular el movimiento. También se ha asociado con bajos niveles de hierro o un mal funcionamiento de éste.

Asimismo, se ha relacionado este síndrome con otras afecciones como el Párkinson, la diabetes, la enfermedad renal crónica, pacientes con lesiones en la médula espinal y neuropatías periféricas, el embarazo (especialmente en el último trimestre y desapareciendo tras el parto) y la esclerosis múltiple. En estos casos, el SPI se consideraría un trastorno secundario y se abordaría con el tratamiento de la afección principal.

Se ha observado predisposición familiar, es decir, que si tiene un familiar con este síndrome es más probable que lo padezca.

Consecuencias del síndrome de piernas inquietas

En niños se ha relacionado este síndrome con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), siendo este último una consecuencia del SPI.

Es un síndrome que afecta tanto a la persona que lo padece como a las que conviven con ella, especialmente durante la noche, ya que los frecuentes movimientos despiertan también a la persona con la que comparte habitación, produciéndole múltiples despertares.

¿Qué se puede hacer para aliviar la sintomatología?

Es fundamental buscar ayuda médica para un buen diagnóstico ante una sintomatología semejante y, tras esto, recurrir al apoyo psicológico para aceptar y adaptarse a la convivencia con la enfermedad, así como entrenar habilidades que nos pueden ayudar a paliar los síntomas.

Referencias:

Culebras, A. (2001). Síndrome de las piernas inquietas. Diagnóstico y tratamiento. Revista de neurología, 32(3), 281-283.

Síndrome de las piernas inquietas. Recuperado el 02 de abril de 2017 de: http://www.aespi.net/que-es-el-spi

Síndrome de las piernas inquietas. Recuperado el 28 de marzo de 2017 de: https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_las_piernas_inquietas

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