María Villegas. Psicóloga

La Joya

Joya

Os traigo un cuento para pensar de Jorge Bucay:

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

El joven tomó la joya y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer la joya a los mercaderes. Estos la miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por la joya. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban la espalda y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de una joya así. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucción de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó la joya a la luz del candil, la miró con su lupa, la pesó y luego le dijo: Dile al maestro, muchacho, que si la quiere vender  ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su joya.

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

– Siéntate –dijo el muchacho tras escucharlo-. Tú eres como esta joya: valioso y único. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto.

¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, devolvió la joya a su cofre.»

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